martes, 24 de diciembre de 2013

Investigadores valencianos descubren una bacteria anticaries


Bautizada como STREPTOCOCCUS DENTISANI
El doctor Alejandro Mira, investigador de la Fundación para elFomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO), dirige el grupo de trabajo que ha descubierto la nueva bacteria que puede suponer un gran avance en el tratamiento de una enfermedad infecciosa que afecta a entre el 80-90% de la población.
El investigador del Área de Genómica y Salud de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO), el Dr. Alejandro Mira Obrador, ha dado un nuevo paso en la investigación que inició en 2008 al descubrir que la bacteria que actúa contra la caries es una nueva especie hasta ahora desconocida por la comunidad científica.


Tras secuenciar el genoma de esta bacteria, el equipo que dirige el Dr. Alejandro Mira ha constatado que se trata de una nueva especie, bautizada como Streptococcus dentisani, nombre que acaba de ser aprobado recientemente por la Unión Internacional de Sociedades de Microbiología y dado a conocer en la revista especializada International journal of systematic and evolutionary microbiology.
El hallazgo se presentó oficialmente en un acto que tuvo lugar el 12 de noviembre, en el que estuvieron presentes el Conseller de Sanitat de la Generalitat Valenciana, Manuel Llombart; el director gerente de FISABIO, Eloy Jiménez, y el equipo multidisciplinar del Dr. Mira, integrado por bacteriólogos, farmacéuticos, odontólogos y bioinformáticos.
Durante la reunión, Manuel Llombart destacó la importancia de la investigación realizada por Alejandro Mira que «ayudará a reducir la incidencia de la caries en la población, lo que supone un gran avance en el tratamiento de esta enfermedad infecciosa, que es la más extendida del mundo y afecta al 80-90% de la población».
Se estima que el gasto sanitario que provoca la caries es el 10% del gasto total. El objetivo de la investigación del Dr. Mira de reducir la incidencia de caries en la población implicaría una mejora de la salud pública y la reducción del gasto sanitario. «Utilizando el dentisani para combatir a los organismos causantes de la caries, podremos disminuir la incidencia de la enfermedad», señaló Mira.

El Streptococcus dentisani actúa como un escudo contra las bacterias que provocan caries, produciendo una sustancia que las inhibe y evitando la aparición de la caries. Actualmente existen más de 70 especies clasificadas como miembros del género estreptococo. Algunas de ellas están identificadas como agentes patógenos en humanos y animales domésticos. A pesar de ello, algunas bacterias de este género tienen efectos positivos en la salud e, incluso, han comenzado a ser usados como probióticos para tratar trastornos intestinales.
En la fase de desarrollo de la investigación se ha comprobado que esta bacteria estaba presente en 118 de 120 individuos (el 98% de los casos) que nunca han padecido esta enfermedad. Cultivando esta bacteria en el laboratorio, junto con la que causa caries, se ha podido confirmar que el Streptococcus dentisani mata a las bacterias dañinas.
Tras la fase de investigación en el laboratorio, el doctor Mira realizó las pruebas pertinentes en el Academic Center for Dentistry Ámsterdam (ACTA), centro de referencia mundial, donde se encuentra el modelo de boca artificial con mayor parecido a la placa dental humana. El resultado de las pruebas confirmó que la presencia de esta bacteria disminuye entre 3 y 10 veces la producción del ácido que provoca la caries.

El paso siguiente, antes de los ensayos clínicos con humanos, serán las pruebas de seguridad alimentaria para demostrar que el producto no es tóxico. Actualmente la investigación está en fase de desarrollo de producto, una vez ya patentado el uso de esta bacteria como producto anticaries. Para su comercialización se está conversando con diversas empresas del sector de la alimentación e higiene bucal. Los investigadores dejan abierto el vehículo en el que se podrá comercializar el producto final (un chicle, un enjuague bucal, yogures, probióticos…) ya que dependerá de la empresa que finalmente se encargue de la comercialización, que se podría llevar a cabo en un plazo aproximado de cinco años, una vez finalice con éxito el proceso, según declaraciones del Dr. Alejandro Mira.
El objetivo es desarrollar un producto a un precio razonable para que la producción a gran escala sea rentable y contribuir así a una mejora de la salud pública.